En la praxis pictórica, o al menos en lo que se entendía en antaño, existía un problema irresoluble: La representación del movimiento.
Un cuadro es esencialmente estático, una composición de figuras, de formas, de atmosferas que no pueden moverse y que se sabe perfectamente, sin posibilidad de engaño, que no podrán hacerlo; además, un cuadro es la representación de un momento en el tiempo, es decir, proviene de una situación distinta a la que representa y dará lugar a otra situación completamente diferente. Debería ser posible entonces que esa mutabilidad inherente se pudiera dejar traicionar en un cuadro, teniendo así la capacidad de adivinar lo que los personajes, los objetos, las atmosferas y las formas hacían antes de ser sorprendidos y lo que harán en cuanto apartemos la mirada, sin que los métodos y medios empleados en esta astucia ofrezcan una ilusión.
A principios de siglo XX, una serie de artistas, en contra de las normas de la pintura eligiendo el camino de la abstracción, pretendieron realizar con el color y la forma lo que los músicos realizaban con las notas y los ritmos; para encontrarse con el mismo problema que siempre había tenido la pintura, -el querer remedar con una forma estática lo que era esencialmente dinámico, viéndose obligados a recurrir a vaguedades, mezclas e imprecisiones para conseguir simularlo-.
Algunos visionarios olvidados tanto por la historia de la pintura como la del cine o video, tuvieron la idea de mezclar tres artes: dos dinámicas (el video y la música) y una estática (la pintura) para mostrar como una pintura se transformaba en el tiempo y, por fin, contener en ella los restos de sus estados anteriores y las semillas de su evolución posterior como hiczo Oskar Fischinger en su Motion Painting number 1 de 1947.
Con esta propuesta tratamos de evidenciar una narración contenida en un lapso de tiempo, ofreciéndole al espectador una nueva mirada a la pintura logrando que la pintura cobre ese movimiento tan anhelado a lo largo de su historia.
Propuesta aprovada para Salón de Agosto, salal de exposiciónes Carlos Drews Castro.
