La construcción actual de las ciudades contemporáneas responde a un pensamiento modernista, es decir en pro del utilitarismo; siendo su distribución totalmente funcional e introduciendo elementos de construcción que uniforman el mobiliario urbano, otorgándole así un aspecto internacional e integrándola a una globalidad, que condiciona y estandariza la forma de vida de los ciudadano, distanciándose los unos de los otros cada vez mas, pues la construcción de viviendas que contienen todo (zonas verdes, tiendas, almacenes, supermercados etc.), protegidos por un sistema de seguridad rodeados de vías circulatoria; el habitante entonces no tiene la necesidad de salir de este espacio, es por eso que los puntos de encuentro urbanos han sido destruidos así como su capacidad de significación, convirtiéndolos en lugares condenados al olvido, borrándolos de la memoria, dejando así de existir en el imaginario colectivo, transformándose en no lugares, pensados para el visitante y no para el habitante, dejándoles como única función “el comunicar un punto con otro”.
Gracias a éstas condiciones los espacios urbanos han mutado en lugares de consumo como, bares, cafés, centros comerciales, entre otros. El espacio urbano es donde transcurre la cotidianidad de la ciudad, donde esta se encuentra y se construye, y el espacio publico “es el lugar de emplazamientos culturales, de la realidad subjetiva y objetiva y esta reservado para los símbolos comunes de la identidad”[1]. El arte gracias a su lenguaje simbólico dentro del espacio urbano, se encuentra encargado de atribuirle a éste un significado, más que embellecerlo o decorarlo, este debe fortalecer y restablecer las dinámicas que ocurren en dichos lugares; “el arte siempre ha sido relacional en diversos grados, es decir, factor de sociabilidad y fundador del dialogo”[2], es por esto que podemos decir que el arte puede generar en torno a él y gracias a los acontecimientos propiciados por este situaciones donde los individuos se reconocen y establecen relaciones al sentirse reflejados y seducidos frente a dicho acontecimiento.
En la ciudad de Pereira desde hace algunos años ocurre este fenómeno el cual recibe el nombre de
Con el propósito de recuperar este lugar como centro de manifestaciones artísticas y respondiendo a la convocatoria sobre “El mito” del colectivo Urbano Espacial enmarcado dentro de su proyecto local Pereira, el Colectivo Arte A Parte propone una acción mediante la cual pretende restablecer el dialogo entre la obra y el espectador; éste elaborará un mito alrededor de una cápsula de la felicidad, la cual es llamada “Happy Caps.”, para esto diseñamos una campaña de expectativa de la propuesta la cual será divulgada por diferentes medios de comunicación anunciando los efectos de esta maravillosa cápsula y su gran lanzamiento que se desarrollará en
Arte a parte desde esta acción logrará ante el espectador una sugestión colectiva, ya que dicha cápsula (
[1] Blanca Fernández Nuevos Lugares de Intención, Intervención Artística ene. Espacio Urbano, Como Salida a Los Circuitos Convencionales, Estados Unidos 1965-1995, p7
[2] Nicolás Burread Estética Relacional 1998, p 431
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